P.M.
Orientador y Coordinador Pedagógico de ESO y Bachillerato.
La propuesta del COSP consigue ser transformadora a la vez que pragmática y sencilla. Cambiar las prácticas siempre es un reto porque parten de la concepción y de la emoción. Por eso es brillante la sencillez con la que el modelo del Círculo de Seguridad se instala en cada uno de los participantes y cómo transformando la mirada se generan cambios determinantes en las prácticas. Uno de los principales aportes es que no solo permite aprender a identificar a los demás en el círculo, sino a identificarse uno mismo en el día a día. Si se aborda desde un plano profesional es inevitable tener presente el modelo en el plano personal, y si se aborda como padre o madre sin lugar a dudas también tendrá impacto positivo en muchas otras relaciones. Otro aspecto que me parece diferencial y muy enriquecedor es la ausencia de juicio crítico en toda la formación. La formación no se orienta a identificar buenas y malas prácticas sino a construir un modelo suficientemente bueno a partir de las condiciones dadas. En resumen, tanto para padres y madres como para profesionales, es como si pudieras ponerte unas gafas que transforman el comportamiento en necesidades y además marcan una hoja de ruta sobre cómo hacerse cargo.

C.S.
Psicóloga Sanitaria
De forma práctica, a través de la reflexión, aporta un camino sencillo, claro y “natural” para ayudar a los padres a entender, y manejar, los problemas de conducta y de relación con sus hijos. Cuando los padres acuden a consulta suelen haber probado muchos caminos para mejorar la relación con sus hijos, se suelen sentir perdidos y con sensación de no saber qué hacer como padres. Tras trabajar con ellos el programa del COSP es maravilloso ver como se sienten más tranquilos y seguros, cambiando el ambiente familiar y la relación con sus hijos; se abre un camino al diálogo, la comprensión y el entendimiento de las necesidades y emociones del niño, viendo esas conductas inadecuadas como un síntoma de que necesitan algo, en vez de un desafío a la educación de los padres.  Nos permite acompañar a nuestros hijos en su aprendizaje, a regular sus emociones, a expresar sus necesidades, a sentir y sentirse queridos por lo que son, mejorando su autoestima, su seguridad, siendo más resolutivos, capaces de enfrentar las adversidades y aceptar los errores como proceso de aprendizaje.  A nivel personal aporta un gran autoconocimiento de cómo nuestro propio aprendizaje emocional nos ha influido en las respuestas emocionales que damos en las relaciones con los demás, cómo hacemos frente a nuestras emociones, cómo esto puede interferir en la conexión con los otros y cómo repararlo, consiguiendo relacionarnos con equilibrio y tranquilidad, estando presentes sin juzgar.  La sencillez a la hora de asimilar los conceptos expuestos permite que se interiorice con facilidad, percibiéndose los cambios en un corto espacio de tiempo, no solo en la educación de nuestros hijos, también en la relación con nuestras parejas, padres o amigos.

C.M
Psicóloga Sanitaria
Conocer el Círculo de Seguridad marcó un antes y un después en mi vida personal y profesional. Sin lugar a duda es una magnífica forma de entender el apego, tanto el seguro como el inseguro con sus subtipos y también una forma de utilizar los conocimientos que tenemos sobre ello de una manera verdaderamente útil y eficaz.  Lo primero que pensé al conocerlo fue, ¿Cómo es posible explicar algo tan complejo como el apego de una forma tan sencilla, clara y evidente? No sólo es posible, sino que esta manera de entender el apego te hace ver que en realidad no es tan complejo, y que todas las personas dispuestas a pararse a observar, escuchar y cuidar, o dicho de otro modo, ser manos, pueden beneficiarse de ello para crear relaciones seguras y satisfactorias.  Cuando trabajamos con niños y adolescentes, muchas veces nos encontramos en situaciones difíciles donde acabamos señalando a los padres para que traten de modificar su manera de relacionarse con sus hijos y así poder solucionar los problemas por los que buscan ayuda psicológica. Con frecuencia, los padres acaban sintiéndose realmente culpables por todo.  Con el Círculo de Seguridad aprendemos a transmitir estas dinámicas de una manera delicada, recalcando siempre la buena intención que tienen los padres con y para sus hijos, encontrando nuevas formas de relacionarse con ellos de una forma más fácil y reconfortante.  Así, el Círculo de Seguridad sirve para mucho más que para reparar el vínculo con los más pequeños. Te ayuda a reparar la manera con la que te relacionas contigo mismo y los demás, ya sean niños, adolescentes o adultos. Da sentido al comportamiento desde las necesidades emocionales.  Te invita a observar lo que ocurre dentro y fuera de ti, a entender de dónde viene tu manera de vincularte, por qué te relacionas de una manera u otra dependiendo de con qué emociones te encuentras (dentro o fuera de ti), cómo influye esto en los demás y cómo el apego de los demás te afecta de distintas maneras dependiendo de las necesidades emocionales de cada uno.  Es como un mapa que nos guía por el laberinto de las relaciones.  Simplemente genial.

A.E.
Psiquiatra infantil
Fue una experiencia muy enriquecedora para mi tanto en lo personal como en lo profesional. Me encantó compartirla con el resto de los participantes y el enfoque tan vivencial.